Cuando pensamos en hierbas para calmar la mente y ayudar a dormir, la valeriana aparece enseguida. Es una de las plantas más conocidas en el mundo por su efecto sedante y relajante. Pero detrás de esa fama hay mucho más: historia, botánica y hasta un aroma particular.
¿Qué es la valeriana?
La Valeriana officinalis es una planta perenne originaria de Europa y Asia, aunque hoy se cultiva en muchas partes del mundo. Puede crecer hasta un metro de alto y tiene hojas alargadas, flores pequeñas de color rosado o blanco, y una raíz gruesa y aromática (sí, con un aroma bastante fuerte...).
En herboristería, lo más común es usar la raíz seca, que concentra la mayoría de sus propiedades sedantes. Sin embargo, las hojas también tienen compuestos activos, aunque en menor concentración, y se pueden usar como parte de infusiones más suaves.
¿Para qué sirve?
La valeriana se usa desde la antigüedad para tratar trastornos del sistema nervioso. En la Edad Media ya se recetaba para el insomnio, la ansiedad y hasta los temblores nerviosos.
Entre sus principales beneficios están:
-
Favorecer un sueño más profundo y reparador
-
Calmar los nervios, el estrés o la ansiedad leve
-
Aliviar tensiones musculares
-
Contribuir a reducir taquicardias nerviosas o palpitaciones
Dato curioso: a diferencia de muchos sedantes farmacológicos, la valeriana no genera dependencia y no deja sensación de "resaca" al día siguiente, si se usa con moderación.
¿Y las flores?
Sus flores son pequeñas, en forma de racimo, y tienen un aroma dulce (muy distinto al de la raíz). Aunque no se usan tanto con fines medicinales, las flores son comestibles y a veces se suman a preparaciones naturales o cosméticas.
Cómo se prepara
La forma más clásica de consumir valeriana es en infusión de raíz seca. Tiene un sabor terroso y un aroma fuerte que no a todo el mundo le encanta... pero vale la pena.
Podés:
-
Tomarla sola, antes de dormir, con dos o tres gramos de raiz por taza
-
Mezclarla con otras hierbas calmantes (como manzanilla o melisa)
-
Usarla en tintura o cápsulas (si querés una versión sin gusto)
Consejo: tomala de noche, unos 30-40 minutos antes de dormir. Durante el día puede darte algo de fiaca si sos sensible.
Precauciones
No se recomienda en embarazadas, lactantes ni en personas que estén tomando psicofármacos sin indicación profesional. Tampoco es ideal combinarla con alcohol u otros sedantes.
¿Querés sumarla a tu ritual nocturno? En Yuya la tenemos lista para infusionar